Mandan los motores

El Gran Premio de Bahrein ha resultado una carrera extraordinaria, de esas que caen de tanto en tanto y que nos ha permitido congraciarnos con una categoría que parecía haber perdido el norte.

Durante toda la carrera y especialmente en las trepidantes últimas vueltas gracias al Safety Car, la lucha por el triunfo, por el pódium y hasta por todas las posiciones que daban puntos ha sido magnífica, la mejor del año, lo cual de todas formas tampoco era muy difícil.

Pero tras tres grandes premios, no hay duda de que hemos entrado en una Fórmula 1 en la que mandan los motores, lo cual después de tantos años de dominio aerodinámico, no deja de ser al menos un cambio de guión al devolver su importancia a los propulsores. El problema viene ahora porque con sólo tres motores en liza (Mercedes, Renault y Ferrari) es evidente que las diferencias que hay entre ellos condicionan a toda la parrilla.

Asi vemos que como el mejor motor es el Mercedes, los equipos equipados con ellos copan todas las primeras posiciones, ya sea en parrilla como en carrera. No hay más que ver lo bien que van los propios Mercedes, pero también los Force India, los Williams y los McLaren a pesar del doble abandono hoy de estos últimos. La importancia de los motores (uno térmico y dos eléctricos que conforman la llamada “power unit”) es tal que reduce de forma notable la importancia del chasis y por tanto de la aerodinámica.

De ahí que hayamos visto una carrera constantemente por parejas: los dos Mercedes luchando por el liderato, los dos Force India y los dos Williams juntos a por el tercer puesto, los dos Red Bull mezclándose con ellos y los dos Ferrari renqueando detrás. Hasta en los abandonos parecen haberse puesto de acuerdo y así han abandonado los dos McLaren.

Esto significa que los motores tienen mucha más importancia que hasta ahora, lo cual es lógico tras tantos años con el desarrollo congelado. Esto ha cambiado un poco las reglas del juego, lo cual es de agradecer tras tantos años de “más de lo mismo” y ahora el liderato ha cambiado de manos, pero con el mismo resultado, dominio absoluto de un solo equipo. Hemos pasado de la tiranía de Red Bull a la tiranía de Mercedes. No deja de ser sintomático que los únicos pilotos que ha subido a un podium sin llevar un Mercedes a sus espaldas hayan sido precisamente Sebastian Vettel en Malasia y Daniel Ricciardo en Australia si le devuelven su resultado. La superioridad manifiesta ha cambiado de manos y Mercedes ha descabalgado a Red Bull de su supremacía.

Todo ello nos lleva a la conclusión de que el grupo de motorizados Mercedes están en la primera mitad de la parrilla y entre ellos sólo se inmiscuyen los Red Bull, que compensan con mejor aerodinámica y sobre todos con las manos de sus pilotos las carencias de su motor. Y lo mismo se puede decir de los motorizados Ferrari. Sólo el virtuosismo de Alonso y hoy (por fin) de Raikkonen les permiten mantenerse en el segundo grupo, porque el primero está muy, muy lejos. La crisis de Ferrari tiene pinta de ser enorme y hoy sus dos pilotos han luchado como posesos para recoger los últimos puntos en juego. Un ridículo espantoso que necesita urgentes soluciones para un equipo como este.

Y ya toca hablar de pilotos. Que bien los está haciendo Ricciardo y que bien va ese segundo Red Bull. Supongo que esto no servirá para acallar a los que decían que Vettel ganaba a Webber porque a éste le daban un coche peor, pero en fin, ahí están las demostraciones de Daniel, poniendo en apuros e incluso superando a un Vettel que a pesar de las críticas es, de momento y como ya hemos dicho, el único que ha subido al pódium con un no-Mercedes.

Hoy me he llevado una alegría viendo la carrera de Sergio Pérez. Estaba seguro de que sus flojos resultados eran en buena parte culpa del equipo McLaren y esta tercera posición le reivindica y sobre todo le exculpa de todas las barbaridades que se dijeron de él injustamente el año pasado.

Otro que también se está reivindicando es Felipe Massa. Ha hecho una buena carrera y ha sido una pena que un error táctico del box les haya hecho perder posiciones tanto a él como a Bottas, pero es evidente que este Williams vale mucho más que el Lotus, equipo donde Grosjean y Maldonado deben estar maldiciendo su suerte. Especialmente este último, causante de un accidente que pudo ser grave pero que afortunadamente quedó en nada, gracias a las excelentes medidas de seguridad dictadas por la FIA. Y visto el accidente sin consecuencias  y vista la carrera de hoy, aún habrá que felicitar a la FIA…