Esto vuelve a empezar

Pues si, parece que fue ayer que estábamos discutiendo si Vettel tenía que ser desposeído o no de su título y he aquí que ya volvemos a estar en los test invernales, prólogo de una nueva temporada de Fórmula 1.

Unos test que a pesar de todo lo dicho y oído por ahí, me llevan a la misma conclusión de cada año, es decir, que hasta el sábado por la tarde australiana no sabremos la verdad.

Sin embargo estas dos primeras semanas de ensayos si nos han dejado algunas pistas. La más evidente es que, tal como venían anunciando los mismos implicados, esta temporada será más o menos una continuación de la pasada, por cuanto el radical cambio de reglamento del próximo año no deja espacio (ni presupuesto) para hacer un coche nuevo para 2013.

Es decir, que todo lo que está en pista es más o menos lo mismo que ya vimos en 2012, con una serie de detalles cambiados porque para eso está el invierno, para atacar las reformas de los problemas detectados durante la temporada, más o menos lo que comentábamos en diciembre sobre los límites del F2012. Sabiendo sus puntos flacos, en estos meses han podido trabajar en ellos y es de suponer y parece por estos primeros test, que llevados a cabo por el camino adecuado.

Que dentro de lo que cabe era lo más lógico que sucediera. Desde que apareció el nuevo reglamento en 2008, Ferrari no ha dado con la tecla adecuada por culpa de su túnel del viento. La causa de todas sus desdichas es que dicho túnel ya tiene casi veinte años de vida, era muy útil con el reglamento antiguo, pero cuando se cambió dicho reglamento el túnel envejeció de golpe.

Y ello fue debido a que, explicado en manera simple, al permitirse unos alerones delanteros más grandes, éstos evacuaban mucho más aire que los antiguos y ese exceso de aire es el que distorsionaba todos los datos, porque ese “sobrante” rebotaba en las paredes del túnel y creaba unas turbulencias muy difíciles de eliminar al analizar los datos. Por eso Ferrari siempre decía que sabían donde estaba el fallo e intentaban corregirlo una y otra vez, pero siempre a medias y con la temporada ya en marcha.

De ahí que este año Ferrari haya trabajado sólo con el túnel de Alemania, aunque sea una paradoja que el equipo que se lo hace todo en casa haya tenido que ir al extranjero para afinar la parte más importante de un monoplaza, pero eso tampoco es ni una novedad ni una deshonra. Al fin y al cabo este túnel lo usa también McLaren.

Así que los primeros resultados permiten pensar que Ferrari y sobre todo Mercedes darán un salto cualitativo con respecto al año pasado, entre otras cosas porque de los coches punteros eran los peores y por tanto es lógico que sean ellos quienes mejoren más con respecto al año anterior. Mercedes ha vuelto atrás en su diseño, partiendo del de principios de la temporada pasada para preparar el nuevo modelo, ya que las supuestas mejoras introducidas a partir de mitad de temporada sólo sirvieron para empeorar el coche.

Pero como ya he dicho al principio, la única conclusión valida es que nada de lo que hemos visto es especialmente significativo. Salvo lo obvio, es decir que Caterham o Marussia no van a ganar el campeonato, la igualdad en el grupo de los grandes ha sido extrema y curiosa, ya que el mejor tiempo de los ocho días de test se lo han repartido equitativamente los dos pilotos de Ferrari, McLaren, Lotus y Mercedes.

¿Máxima igualdad? A saber, porque curiosamente también, los Red Bull han sido los únicos en no lograr ningún día el mejor tiempo. Y como no me creo que el RB9 vaya mal, sólo me queda deducir que una vez más están jugando al escondite y por tanto estamos lejos de saber el verdadero valor de cada uno.